El terremoto que azotó la Ciudad de México la mañana del jueves 19 de Septiembre del 85 es difícil de olvidar.
23 años han pasado y se recuerda cómo si fuese ayer.
A las 7:19 am, gran parte de las familias preparaban a sus hijos para ir a la escuela, otro tanto estaban camino al trabajo, y nadie se imaginaba el caos que seguiría.. dos minutos después, tiempo que duró el terremoto, 400 edificios se habían derrumbado, entre ellos 13 hospitales... más de 10 mil muertos y otros 30 mil heridos... miles de familias sin hogar.
8.1 grados en la escala Richter, fué la magnitud que alcanzó el terremoto... con replicas consecuentes, la más recordada, la del 20 de Septiembre a las 7:38 pm, de la cual se notificaron las mayores pérdidas materiales. La ciudad de México fué la más afectada, a pesar de que el epicentro se localizó a 400 km de distancia, lo que afectó en menor medida los estados de Chiapas, Oaxaca, Puebla y Veracruz.
Lo más memorable es la reacción de la población, ante unas autoridades totalmente ineficientes de aquella época, se empezaron a organizar grupos de ayuda y rescate. Ocho días después del terremoto aún se encontraban personas con vida entre los escombros. De los hechos los escritores Elena Poniatowska y Carlos Mosivaís plasmaron su visión en dos libros: Nada, nadie. Las voces del temblor y No sin nosotros. Los días del terremoto.
Año con año, el 19 de Septiembre, se realizan diversas ceremonias en honor a los fallecidos por el terremoto, y se complementan con simulacros, principalmente en oficinas y escuelas. La experiencia costó mucho en muchos sentidos, pero ayudó a que las estructuras de hoy estén pensadas arquitectonicamente para resistir éste tipo de fenómenos, además de concientizar a la población sobre lo que debe hacer en caso de emergencia y proteger su vida y ayudar a proteger la de los demás.
Les dejo una de las fotos más emblemáticas. Al fondo, la torre Latinoamericana, uno de los pocos edificios de la zona centro que no sufrió daños.
23 años han pasado y se recuerda cómo si fuese ayer.
A las 7:19 am, gran parte de las familias preparaban a sus hijos para ir a la escuela, otro tanto estaban camino al trabajo, y nadie se imaginaba el caos que seguiría.. dos minutos después, tiempo que duró el terremoto, 400 edificios se habían derrumbado, entre ellos 13 hospitales... más de 10 mil muertos y otros 30 mil heridos... miles de familias sin hogar.
8.1 grados en la escala Richter, fué la magnitud que alcanzó el terremoto... con replicas consecuentes, la más recordada, la del 20 de Septiembre a las 7:38 pm, de la cual se notificaron las mayores pérdidas materiales. La ciudad de México fué la más afectada, a pesar de que el epicentro se localizó a 400 km de distancia, lo que afectó en menor medida los estados de Chiapas, Oaxaca, Puebla y Veracruz.
Lo más memorable es la reacción de la población, ante unas autoridades totalmente ineficientes de aquella época, se empezaron a organizar grupos de ayuda y rescate. Ocho días después del terremoto aún se encontraban personas con vida entre los escombros. De los hechos los escritores Elena Poniatowska y Carlos Mosivaís plasmaron su visión en dos libros: Nada, nadie. Las voces del temblor y No sin nosotros. Los días del terremoto.
Año con año, el 19 de Septiembre, se realizan diversas ceremonias en honor a los fallecidos por el terremoto, y se complementan con simulacros, principalmente en oficinas y escuelas. La experiencia costó mucho en muchos sentidos, pero ayudó a que las estructuras de hoy estén pensadas arquitectonicamente para resistir éste tipo de fenómenos, además de concientizar a la población sobre lo que debe hacer en caso de emergencia y proteger su vida y ayudar a proteger la de los demás.
Les dejo una de las fotos más emblemáticas. Al fondo, la torre Latinoamericana, uno de los pocos edificios de la zona centro que no sufrió daños.
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